WhatsApp-Image-2020-11-26-at-12.15.50-PM

Proclama

Este 25 de noviembre nos encuentra en un confinamiento obligatorio para todo el mundo, que además de necesario para contener la Pandemia del COVID-19 ha resultado una revelación increíble de las desigualdades y el maltrato que sufren las mujeres y las niñas al interior de sus hogares.

Lejos de constituir un espacio seguro, la cuarentena ha demostrado el peligroso que representa para las mujeres y las niñas el vivir atrapados con su agresor. El disparo de los abusos y feminicidios, dejar de manifiesto una pandemia más cruel que teníamos desde hace tiempo como lo es la violencia contra la mujer, contener la violencia contra las mujeres y las niñas se suma a la larga lista de pendientes que tienen las autoridades y la sociedad civil en este estado de emergencia.
Es mandatorio disponer de todos los recursos que estén al alcancen de las instituciones para proteger de manera real y afectiva a tantas víctimas sobrevivientes de la violencia intrafamiliar.
Crear los mecanismos para las denuncias de las afectadas sean tomadas en serio mediante el protocolo preestablecido para que las mismas no sean asesinadas con varias ordenes de prisión de sus agresores en las manos.

Que los infantes huérfanos resultantes de los feminicidios-suicidios, de los agresores y las victimas sean protegidos reubicados fuera del ambiente violento en que quedan, dando lugar a educación, tratamiento y seguimiento al trauma que sufren.


Es necesario adoptar medidas de protección para las mujeres trabajadores, especialmente aquellas que lo hacen en la linea de fuego en el tratamiento de los afectados en el COVID-19 como son las mujeres del sector salud, estas tienen que mendigar a las instituciones donde laboran los pagos de riesgos subsidios por el difícil trabajo que realizan en condiciones muchas veces de calarnidad, poniendo en riesgo su vida y de la familiares.

Todos y todas debemos sumergimos en una campaña permanente para generar un cambio en los comportamientos machistas que hacen peligrar la integridad de las mujeres y las niñas, mantener una vigilancia sobre la justicia que administran los organismos especializados en velar por la seguridad ciudadana, hacer que la sociedad civil se involucre de manera efectiva en la denuncia y educación sobre la prevención del maltrato y visualice las estadísticas de tan horrendo flagelo a través de datos actualizados.


Debemos crear servicios y programas de ayuda para sobrevivientes de la violencia y las desempleadas por efecto del COVID-19 en cuanto que muchas mujeres cabeza de hogar no tienen donde ganarse el sustento de su familia. Desde COOPROENF seguimos aportando a favor del desarrollo de las mujeres y las Niñas.

WhatsApp-Image-2020-11-26-at-12.15.51-PM

Campaña pinta el mundo color naranja

El Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer se conmemora anualmente el 25 de noviembre para denunciar la violencia que se ejerce sobre las mujeres en todo el mundo y reclamar políticas en todos los países para su erradicación. La convocatoria fue iniciada por el movimiento feminista latinoamericano en 1981, en conmemoración a la fecha en la que fueron asesinadas, en 1960, las tres hermanas Mirabal (Patria, Minerva y María Teresa), en la República Dominicana. En 1999, la jornada de reivindicación fue asumida por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su resolución 54/134, el 17 de diciembre de 1999, entendiendo por violencia contra la mujer «todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada,» e invitando a gobiernos, organizaciones internacionales y organizaciones no gubernamentales a convocar actividades dirigidas a sensibilizar a la opinión pública sobre el problema de la violencia contra las mujeres.

La violencia contra las mujeres se ha convertido en un problema estructural. Se dirige hacia las mujeres con el objetivo de mantener o incrementar su subordinación al género masculino.2​ Su origen se encuentra en la falta de equidad en las relaciones entre hombres y mujeres en diferentes ámbitos y en la discriminación persistente hacia las mujeres.3​ Se trata de un problema social presente tanto en el ámbito doméstico como en el público, en diferentes vertientes: física, sexual, psicológica, económica, cultural y otras, y afecta a las mujeres desde el nacimiento hasta la edad avanzada. No está confinada a una cultura, región o país específico, ni tampoco a grupos específicos de mujeres en la sociedad.

Xiomara-Nunez-de-Cespedes

Dominicana Xiomara Núñez entre las 100 mujeres cooperativistas líderesas del mundo

Núñez, dirigente de la Cooproenf, de CoopMujer y la ACI-Américas, fue elegida por She-Coop, organización mundial cooperativa 

José Rafael Sosa

La dirigente cooperativista dominicana Xiomara Núñez de Céspedes fue seleccionada por la organización internacional She-Coop, como una de las 100 lideresas mundiales del cooperativismo. El listado se publica con las historias de cada una de las 100 mujeres líderes en cooperativas

Núñez de Céspedes es una experimentada dirigente de la Cooperativa de Servicios Múltiples de Profesionales de la Enfermería (COOPROENF), del Comité de la Mujer Cooperativista y del Comité de Genero de ACI-América y es la responsable del tema de la mujer en el mensuario El Cooperador, órgano del dominicano Consejo Nacional de Cooperativas (CONACOOP).

Otras elegidas internacionales para el listado de las 100 personalidades femeninas mundiales son: Graciela Fernández, presidenta de la  ACI-AMÉRICA y María Eugenia Pérez, presidenta del Comité de Género Mundial de ACI.  Su página web es www.shecoops.org

She-Coops persigue aumentar la participación activa de las mujeres en las cooperativas de todo el mundo, y fue creado en 2018 por la iniciativa No Woman Left Out, África. La institución cooperativista femenina es   una marca registrada del movimiento feminista global, de membresía, promovido por algunas de las mujeres más influyentes en las cooperativas y la igualdad de género. 

El proyecto 100 mujeres líderesas   reconoce cada ano a las mujeres dignas de figurar ante el mundo por su rol de impulsar un cambio positivo o alcanzar alturas inspiradoras en un escenario global para las cooperativas.    

“Las mujeres han sido y siguen siendo parte integral del movimiento cooperativo y, a pesar de estar involucradas en el movimiento en todos los sentidos, muchas mujeres se han presentado como voces tan fuertes en las cooperativas y esta es una forma de contar sus impactantes historias a fomentar la mayor participación de la Mujer en el sector Cooperativo” apunta.  

Pie de foto

Xiomara Núñez de Céspedes, seleccionada entre las 100 personalidades  femeninas mundiales del cooperativismo, por Shecoops.org

 

violencia

El miedo, la culpabilidad, la vergüenza… ¿Por qué las víctimas de violencia de género tardan en denunciar?

l tiempo que tardan las víctimas de violencia de género en verbalizar o denunciar su situación es de ocho años y ocho meses de media, según datos de un estudio promovido por la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género y la Fundación Igual a Igual.

La mitad de las víctimas han respondido que la razón es «el miedo a la reacción del agresor». Le sigue de cerca la creencia en que ella “lo podría resolver sola”, el sentimiento de no reconocerse como víctima de violencia de género y el de sentirse culpable y responsable de la situación”. Según Ana Gómez Plaza, psicóloga especializada en este ámbito y coordinadora del estudio, se trata de «sentimientos frecuentes dentro del proceso psicológico de trauma que sufren estas mujeres». 

Después de tratar, cada día, con víctimas de violencia de género, Ana Gómez asegura que «no hay un perfil de mujer maltratada». Es un problema social y, como tal, afecta a todas clases y perfiles. Laura (nombre ficticio) es un ejemplo de que una buena formación académica no te libra de sufrir esta situación. Universitaria, con dos carreras en curso, padecía, sobre todo, violencia sexual y psicológica por parte de su novio, pero no se identificaba con la etiqueta de víctima. «Él controlaba todas las facetas de mi vida, las relaciones sexuales, incluso la forma de vestir o la alimentación. Pero yo no sabía que lo que me pasaba estaba fuera de lo normal. De hecho, me llegaron a parar por la calle para decirme la suerte que tenía de salir con ese chico. Mi propia familia lo tenía en un pedestal».

Según la psicóloga Ana Gómez, el maltrato genera una dependencia emocional de tal magnitud que la víctima, no solo no se reconoce como tal, sino que «se siente culpable y experimenta pena por su maltratador». Así lo asegura Laura, que recuerda: «Entendía que yo era la mala, la que había provocado esa situación».

Laura nunca denunció a su maltratador, principalmente, por tres razones: una, por el miedo al que había sido su pareja, que la había amenazado de muerte después de dejar la relación; dos, porque no tenía pruebas, ya que las heridas provocadas por la violencia sexual habían desaparecido, y tres, por la excelente imagen social del agresor. Nunca denunció, pero sí dio el paso de empezar a ir a terapia, después de escuchar los testimonios de otras supervivientes en una charla sobre violencia de género e identificarse con todos ellos.

Las mujeres maltratadas no tardan lo mismo en denunciar o contar al entorno la situación en la que se encuentran y depende del tipo de violencia que padezcan. El tiempo es superior cuando se trata de una situación de violencia sexual, en la que se tardan casi 11 años de media, al igual que ocurre con aquellas mujeres que han sufrido todos los tipos de violencia a la vez. La víctimas de maltrato psicológico, físico, económico, ambiental y social tardan entre ocho y nueve años en dar el paso de verbalizar su caso.

No te quedes callada, DENUNCIA.

Nuestros servicios son permanentes, ante cualquier agresión *212 Línea de la mujer

No-a-la-violencia-contra-la-mujer

La violencia contra las mujeres

La violencia contra mujeres y niñas es una violación grave de los derechos humanos. Su impacto puede ser inmediato como de largo alcance, e incluye múltiples consecuencias físicas, sexuales, psicológicas, e incluso mortales, para mujeres y niñas. Afecta negativamente el bienestar de las mujeres e impide su plena participación en la sociedad. Además de tener consecuencias negativas para las mujeres, la violencia también impacta su familia, comunidad y el país. Los altos costos asociados, que comprenden desde un aumento en gastos de atención de salud y servicios jurídicos a pérdidas de productividad, impactan en presupuestos públicos nacionales y representan un obstáculo al desarrollo.

Tras varias décadas de movilizaciones promovidas por la sociedad civil y los movimientos de mujeres, se ha conseguido incluir la erradicación de la violencia de género en las agendas nacionales e internacionales. Nunca tantos países han contado con leyes contra la violencia doméstica, las agresiones sexuales y otras formas de violencia. Sin embargo, continúan existiendo desafíos en la aplicación de estas leyes, resultando en una limitada protección y acceso a la justicia por parte de mujeres y niñas. Asimismo, no se hace lo suficiente para prevenir la violencia, y cuando ésta ocurre a menudo queda impune.

No te quedes callada, DENUNCIA.

Nuestros servicios son permanentes, ante cualquier agresión *212 Línea de la mujer

mujeres

Comité para el Desarrollo de la Mujer y Equidad de Género.

Hoy 25 de noviembre 2019 la Cooperativa de Servicios Múltiples de Profesionales de Enfermería (COOPROENF) Inc. y el Comité para el Desarrollo de la Mujer, eleva su voz a favor de la Mujer Dominicana por conmemorarse hoy el día de La No Violencia contra la Mujer, en honor a las Hermanas Mirabal, asesinadas cruelmente por la intolerancia y el terror de la dictadura trujillista.

Se entiende como Violencia Contra la Mujer: todo acto de violencia basado hacia la integridad del sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o sicológico, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada. La violencia contra las mujeres en República Dominicana se produce en todos los estratos sociales porque se ancla en una cultura machista que tiene como uno de sus elementos la posesividad del hombre frente a la mujer. La misma se convierte en objeto de deseo y subordinación, de ahí los exabruptos de violencia tan comunes en las relaciones de pareja por celos masculinos.

El proceso de desarrollo económico truncado, los grandes niveles de desigualdad económica, las expectativas de bienestar esfumadas, y la limitada institucionalidad jurídica son problemas estructurales que tienden agudizar la violencia de género en la sociedad dominicana.

No debemos ser parte de una sociedad cada vez más indiferente frente a un ser tan digno, amoroso y productivo como la Mujer, que representa el equilibrio en las familias y que se ve mermado día a día en manos de compañeros y ex compañeros que se creen con derecho a mutilarlas o quitarle la vida inmisericordemente. La violencia contra la mujer Afecta negativamente el bienestar de las mujeres e impide su plena participación en la sociedad. Además de tener consecuencias negativas de acuerdo a la ONU, la violencia también impacta la familia, comunidad y el país. Los altos costos asociados, que comprenden desde un aumento en gastos de atención de salud y servicios jurídicos a pérdidas de productividad, impactan el presupuesto público nacional y representan un obstáculo al desarrollo. En COOPROENF nos unimos hoy al reclamo de que las autoridades dominicanas cumplan con su rol de castigar con todo el peso de la ley a todos los culpables de ultrajar la dignidad y la integridad de la Mujer Dominicana.